Según la tradición wayuu, desde tiempos inmemoriales las mujeres se dedican al tejido. Con sus manos no solo fabrican los chinchorros o hamacas donde mecen sus sueños, sino toda suerte de elementos que adornan su indumentaria.
El auge de las artesanías colombianas ha sacado a flote uno de los elementos más característicos de esta cultura: la mochila, utilizada generalmente por las mujeres, pero que con el pasar del tiempo se ha convertido en accesorio también para hombres.
Yelis Camargo, artesana de la casta Epiayú, cuenta que de generación en generación se ha transmitido la leyenda de que estas figuras las ideó una mujer desprovista de todo atractivo que llegó a una ranchería enamorada de un pastor.
Para conquistar su amor pidió posada y trabajo en ese lugar de la Alta Guajira, como ayudante en las labores de tejido de la familia.
Los primeros hilos de piel de oveja que recibió no fueron para tejer sino que se los comió, sin que nadie se diera cuenta.
En las noches, cuando todos dormían, la poca agraciada mujer se transformaba en una hermosa señorita, llamada Wareker, de cuya boca brotaban hilos especiales listos para tejer, de variados y vivos colores, y antes de despuntar el alba fabricaba centenares de mochilas con figuras de animales y los símbolos que distinguen las diferentes castas.
Aunque la mochila era usada solo por la etnia, ahora se ha universalizado.
Otra tejedora, Miriam Rodríguez Arpushana afirma que hace más de tres años se ha incrementado la venta. Diariamente llega a Riohacha desde la comunidad de Cucurumana y exhibe sus productores en la entrada de uno de los hoteles de la ciudad, siendo sus principales clientes los visitantes que llegan a vacacionar o hacer sus negocios.
Aunque la mochila ha sufrido variaciones que le han abierto mercado, el tejido y los modelos tradicionales son preferidos por turistas extranjeros.
Diseñadores locales, como Dallys Arguelles, afirman que las mochilas como otros artículos de la usanza wayuu cobran cada vez mayor vigencia en el Caribe y otras latitudes.
La historia de Wareker culmina al ser descubierta en la madrugada, mientras mágicamente tejía las mochilas. Así, se perpetuó en su comunidad como una mujer hermosa que terminó conquistando el corazón del pastor wayuu y enseñando, a cambio de collares y animales, los rudimentos del tejido autóctono, que hoy recorre el mundo.
Reconocidos diseñadores
A partir del estilo característico de la mochila wayuu, han surgido bolsos y morrales que conservan algunos elementos característicos, pero adicionándoles materiales como cuero, piedras, cadenas, herrajes, plumas y cristales no solo para las calles colombianas sino en pasarelas, como la reciente subasta realizada en Miami donde reconocidos diseñadores les pusieron su toque particular a este accesorio indígena.
Diseñadores de la talla de Silvia Tcherassi, Calvin Klein, las casas italianas Moshino, Valentino y Missoni, fueron algunos de los que intervinieron la tradicional mochila, para subastarla a sus admiradores alrededor del mundo.
Comercio en internet
No solo en las rancherías y en las calles de La Guajira se comercializa la mochila. La Internet está plagada de páginas que la ofrecen para el público mundial, en modelos tradicionales y con las modificaciones que la ajustan a la moda actual.
Y por supuesto dentro de esta gama de páginas, se encuentra una que tiene grandes variedades, excelentes precios y muchos contactos diarios,http://www.arteguajiro.com.co/, ofrece diversas artesanías guajiras MOCHILAS WAYUU los mejores diseños los mejores precios, hechas por las manos de las indígenas wayuu. Cuenta con grupo en facebook, donde se realizan contactos y se concretan las ventas y envíos a todo el país.
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